Se considera Fraude alimentario el uso intencionado de engaños para obtener un beneficio económico a través de los alimentos. Algunos ejemplos de Fraude alimentario pueden ser, la alteración o sustitución de los ingredientes o bien una declaración falsa en el etiquetado atribuyendo al alimento alguna característica u origen que le aporten un valor añadido que no se corresponde con la realidad. En definitiva, son prácticas ilegales que las empresas deben prevenir y controlar.

En este sentido, la Iniciativa Global de Seguridad Alimentaria (GFSI), el consorcio global dedicado a mejorar la seguridad alimentaria ha añadido en la última versión de su documento Requerimientos de Evaluación Comparativa de GFSI dos requisitos relativos al fraude alimentario. Es por ello que las normas de seguridad alimentaria reconocidas por el GFSI: IFS Food, BRC Global Standard y FSSC22000 los han incorporado en sus últimas versiones.

Con este curso el participante comprenderá los tipos de fraude en la industria de alimentos, los conceptos relevantes, el uso de estrategias y de diversas herramientas para identificar las vulnerabilidades y medidas de mitigación en su organización.