Tras el atentado del 11 de septiembre en Nueva York surgieron las preocupaciones por la posibilidad de introducir intencionadamente agentes biológicos, químicos o radiológicos en la cadena alimentaria y de esta manera impactar al consumidor final.


Se percibe que es muy fácil dañar la actividad de una empresa en la cadena alimentaria y provocar un perjuicio económico o de imagen. Esta situación no solo puede estar alterada por terroristas, también por empleados insatisfechos o por la propia competencia.


Con este curso, el responsable de la seguridad alimentaria en una empresa, podrá adquirir la formación esencial y las herramientas que aporten la capacidad para la realización e implantación de un plan de defensa alimentaria.